Este no es un blog de ninguna plataforma por la enseñanza pública ni de ningún colectivo movilizado en su defensa, sino una iniciativa personal para reunir información sobre la situación que la enseñanza pública tiene en España y en el mundo, y para reflexionar sobre su pasado, su presente y su futuro. Pienso que si le sirve a uno para acercarse, aunque solo sea mínimamente, a ambos objetivos, quizá otros puedan encontrar en este blog un espacio útil o al menos no completamente innecesario. Ha nacido al calor de las movilizaciones del curso 2011-2012, pero con voluntad de supervivencia. La misma que anima a la enseñanza pública.

sábado, 17 de septiembre de 2011

JOAQUÍN ARAUJO: "EDUCACIÓN"


EL MUNDO, 17.9-2011
Perdonen una vez más la mención autobiográfica. En la solapa de mi primer libro escribí esta frase: ser estudiante nunca caduca, es algo que se lleva puesto, como la piel.  Me acuerdo porque encuentro, a partir de esa frase, una raíz común con lo que ahora moviliza a los educadores y crispa a más de un político. Lo primero es que resulta casi imposible dar con algo que no tenga vínculos directos con la educación. Es como la vivacidad misma en la que todo tiene que ver con todo. Pero si además se trata de un humano hay que añadir que todos tenemos relaciones con lo aprendido por otros. Somos vida enseñada. Educar, en efecto, es el único camino del verdadero humanismo. Se tiene condición humana si realmente convertimos en herencia heredada los conocimientos de todos nosotros, los que fueron  y los siendo. Conviene no olvidar, entre otras cosas porque está casi desmantelado, que los conocimientos son la menos crucial de las funciones de la cultura transmitida. Porque no estaremos educados si el respeto hacia lo otro y los otros no se incorpora a la normas de conducta como cualquiera de nuestros órganos al conjunto del cuerpo. Si no se nos queda pegado para siempre como la piel. Eso sí, guiados por los comprometidos con la más hermosa y difícil vocación, es decir, por los maestr@s , una de las tres palabras más hondas y que debería englobar siempre a otras como profesor o catedrático.  Con ellos y por ellos solemos descubrir las  capacidades y destrezas personales que permitirán nuestro despliegue sobre el tapiz social. Con ellos y por ellos somos sociedad.

La educación es un segundo nacimiento. Porque nada tiene posibilidades de coherente realización sin la más crucial de las tareas: enseñar a ser persona. De ahí que Ese otro organismo que es la sociedad necesite, mucho, muchísimo más que pagar las deudas de unos pocos reconocer las que todos tenemos con nuestros educadores. Que nunca estarán correctamente remunerados, pero al menos que mantengan el máximo de estabilidad profesional y reconocimiento público. Porque son como el respirar para cualquier ser vivo. No se le puede quitar el aire a lo que mejores nos hace.

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