Este no es un blog de ninguna plataforma por la enseñanza pública ni de ningún colectivo movilizado en su defensa, sino una iniciativa personal para reunir información sobre la situación que la enseñanza pública tiene en España y en el mundo, y para reflexionar sobre su pasado, su presente y su futuro. Pienso que si le sirve a uno para acercarse, aunque solo sea mínimamente, a ambos objetivos, quizá otros puedan encontrar en este blog un espacio útil o al menos no completamente innecesario. Ha nacido al calor de las movilizaciones del curso 2011-2012, pero con voluntad de supervivencia. La misma que anima a la enseñanza pública.

lunes, 3 de octubre de 2011

ISAAC ROSA: "VALOR PARA ECHARLE UN PULSO A AGUIRRE"


PÚBLICO, 4-10-2011

Quien quiera echarle un pulso a Esperanza Aguirre tiene que pensárselo dos veces antes de sentarse ante la mesa y remangarse el brazo, pues la lideresa ha tronchado ya varios huesos en su carrera. Así que quien la reta debe de estar muy seguro de sus razones y sus fuerzas, o ser un temerario. Entiendo que los profesores de secundaria madrileños están en el primer grupo, y por eso aprietan el pulso convocando hoy y mañana otras dos jornadas de huelga.
Como digo, hay que tener muchos arrestos para aguantarle un pulso, pues a ella le gustan los desafíos, le dan vidilla, y disfruta quebrando muñecas. En su carrera ha demostrado dos cosas: que cuando alguien le ofrece el brazo sobre la mesa, ella se lo toma como un combate a muerte; y que cuando hace falta no duda en jugar sucio, como esos contendientes que en el pulso dan patadas bajo la mesa, echan pimienta a los ojos o te ponen algo en la bebida.
Que se lo digan a quienes han osado desafiarla alguna vez, bien saben cómo se las gasta: colectivos criminalizados, trabajadores abrasados, rivales políticos para desguace, y compañeros de partido que le tosieron y todavía se arrepienten.
En el caso de los profesores, el pulso no sólo va contra ella, sino contra su consejera, Lucía Figar, que por lo visto es su protegida y posible sucesora, de modo que vivirá el enfrentamiento como un todo o nada. Por ahora juegan a aguantar, a ver si la protesta se desinfla por cansancio y frustración, sabedoras de que no todos soportan por igual perder días de sueldo y salir a la calle cada semana. Y si la resistencia no afloja, ya lanzarán alguna patada bajo la mesa para romper la unidad sindical o desprestigiar a los convocantes. Para colmo, cuentan con una ventaja: que si el conflicto afecta a la imagen de la enseñanza pública, encantadas de la vida, pues su apuesta es la privada. “Las huelgas son una bofetada a las familias que eligen la escuela pública”, dijo ayer Figar.
Sólo por la valentía de echar un pulso a la más bruta de la taberna, ya merecen nuestro apoyo. Pero es que además tienen razón: esto no es un conflicto laboral, nos afecta a todos. Así que todos deberíamos estar ahí, empujando para doblarle el brazo, y denunciando las trampas. Porque como nos limitemos a ver cómo le rompen la muñeca a los profesores, menos posibilidades tendremos cuando nos toque remangarnos.

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