CARTA DE LA FAPA "GINER DE LOS RÍOS" A MARIANO RAJOY

Quizá Mariano Rajoy no sea lo que parezca, o quizá parezca lo que no es. Lo cierto es que con Peridis nos hemos acostumbrado a verlo descansar, con un grueso caliqueño en la boca, recostado pacientemente en la tumbona o en la hamaca, esperando que el desgaste de Zapatero primero y de Rubalcaba después -la crisis los ha dejado a ambos hechos un zorros, incapaces ya no de coser sino siquiera de disimular los jirones de la economía- haga su trabajo.  Y ahí está el bueno de Don Mariano -uno lo cree así al menos en comparación con venenosas culebras de su partido- tratando de mantener un perfil bajo que se dice ahora, mandando a callar a los más bocazas de su partido, que son legión, y tratando de pasar de puntillas sobre los asuntos más espinosos de la actualidad, que piden a cada rato una definición del líder, concreciones programáticas, respuestas claras y compromisos de gobierno. 

Pero Mariano Rajoy no está ahora  para muchas definiciones ni concreciones, ni para dar respuestas claras -no sea que todo se aclare demasiado pronto antes del 20-N- y menos aún para compromisos. Bastante tiene con sentir en  su barba  las bufaradas de Dña. Esperanza o de Dña. Mª Dolores, que con sus extemporaneidades le mueven la tumbona cada dos por tres a riesgo de dar en el santo suelo con su corpulenta humanidad de gallego tranquilo y con retranca. Él sigue a lo suyo: la espera confiada y aparentemente ajena a las manos que mueven las tijeras a su alrededor. "Mejor no meneallo".

Pero algo tendrá que decir el buen hombre de educación, al fin y al cabo fue incluso ministro de la cosa años ha, aunque de su paso por la calle Alcalá  uno no recuerda nada especialmente memorable, aspecto este digno de destacarse habida cuenta de los desmanes que hicieron con esa misma cosa otros ministros y ministras.

Y en eso está la carta de la FAPA "Giner de los Ríos", en el esfuerzo de sacar de este buen hombre alguna declaración, algún posicionamiento sobre la enseñanza que hay y sobre la que se avecina, sobre lo que se está haciendo tan mal en Madrid y sobre lo que se supone que podría remediarse con un buen gobierno, ya que dios no lo remedia. Uno agradece el esfuerzo de la FAPA, pero son "trabajos de amor perdidos" que diría el inglés, porque a estas alturas no cabe esperar que desde la tumbona nos lleguen, de quien en apenas veinte días puede tener en sus manos el destino de España y el de nuestra educación, las palabras del oráculo. A lo sumo vaguedades y algún que otro brindis al sol, como muestra la parte dedicada a la educación en las "100 propuestas para el cambio" del Programa Electoral del PP, a la que hemos dedicado otra entrada.


Aquí vale recordar aquello que repetía un político muy ocurrente hace unos años: "El que se mueve no sale en la foto".  Así que D. Mariano se mueve lo menos posible. Tiempo habrá de varear el olivo para que caigan las aceitunas, y que Dios nos coja bien confesados y nos permita untar el pan con el aceite que podamos sacar. Amén.

TEXTO DE LA CARTA