Este no es un blog de ninguna plataforma por la enseñanza pública ni de ningún colectivo movilizado en su defensa, sino una iniciativa personal para reunir información sobre la situación que la enseñanza pública tiene en España y en el mundo, y para reflexionar sobre su pasado, su presente y su futuro. Pienso que si le sirve a uno para acercarse, aunque solo sea mínimamente, a ambos objetivos, quizá otros puedan encontrar en este blog un espacio útil o al menos no completamente innecesario. Ha nacido al calor de las movilizaciones del curso 2011-2012, pero con voluntad de supervivencia. La misma que anima a la enseñanza pública.

martes, 25 de octubre de 2011

AGUSTÍN MORENO: "UNIDAD PARA SEGUIR LA MOVILIZACIÓN"


Descubrir a estas alturas de la película quién es Agustín Moreno sería por nuestra parte una imperdonable petulancia, pero dar por supuesto que todo el mundo lo conoce en el colectivo de la enseñanza pública sería también una imperdonable ligereza. Así que, lo uno por lo otro, al menos queremos resumir su trayectoria política y sindical en unos párrafos  apresuradas que si no hacen justicia ni a la persona ni al personaje al menos lo encuadran esquemáticamente.

Agustín Moreno es una de la voces más singulares del sindicalismo español -hablar de sindicatos a muchos profesores es como mentar la soga en casa del ahorcado, pero hay que hacerlo aunque algunos se rasquen nerviosamente el cuello- donde ha representado siempre un ejemplo de coherencia entre las palabras y los hechos. Fue Secretario de Acción Sindical de CC.OO. desde su legalización en el ya lejano 1977 hasta 1996 -como quien dice, desde el comienzo de la Transición hasta el triunfo del amigo Aznar-, veintidós años que vieron transformarse no solo el movimiento obrero sino la sociedad española en su conjunto, y no siempre para bien. Ahora sigue perteneciendo a la ejecutiva de su sindicato y es el líder más reconocible y reconocido del denominado "Sector Crítico", que desde siempre se ha opuesto a la corriente mayoritaria en CC.OO.

Agustín Moreno es licenciado en Historia y profesor de enseñanza secundaria en Vallecas, dicho sea esto también de paso para quienes se apresuren a tacharlo de metomentodo y a negarle incluso el derecho de expresar su opinión sobre los asuntos que trata en su artículo.

Artículo que uno querría adjetivar como extraordinario no solo por su capacidad expositiva y argumentativa, sino sobre todo por su compromiso y su valentía. A este señor se le puede calificar como se quiera -o descalificar de un vistazo, que es lo que harán muchos sin siquiera leerle- pero no se le debería ignorar en absoluto. Habla de lo que sabe y sabe de lo que habla. Ojalá todos pudiéramos decir lo mismo.

El artículo publicado en REBELIÓN  es largo pero no prolijo, uno se atrevería a decir que no sobra ni falta nada. De él presentamos aquí solo la parte final, pero recomendamos encarecidamente que se lea al completo, para facilitar lo cual hemos previsto el correspondiente enlace.






REBELIÓN, 21-10-2011


LOS RETOS PENDIENTES


A nadie se le escapa la intransigencia del gobierno de la comunidad de Madrid y que estos ataques a la educación pública no son nada improvisados. Hay que recordar que hace casi dos años Lucía Figar declaraba falsamente que 5.000 docentes faltaban cada día a su trabajo (ESCUELA, 3 de diciembre de 2009), acusando al profesorado de un absentismo del 10%. ¿No es exactamente la cifra de profesores que se han planteado recortar entre los dos últimos cursos? La dureza del PP y el contexto político favorable que tienen hace más difícil la solución favorable a los intereses de la enseñanza pública. 

La posibilidad de ganar este conflicto radica en la conjunción de varios factores. Algunos ya conseguidos, aunque hay que seguir trabajándolos porque están en riesgo, como la unidad del profesorado y el apoyo del resto de la comunidad educativa (familias y alumnado). Ello obliga a seguir reuniéndonos con las familias para explicarles la situación del conflicto y realizando acciones tipo huelga a la japonesa para ayudar al alumnado a organizarse el estudio durante las huelgas para que cumplan con su responsabilidad de estudiantes y aminoren los perjuicios académicos. Hay que tener en cuenta que nuestra clientela en los IES públicos son los hijos de las familias obreras y de clase media progresista, que son las que nos apoyan, pero que no afecta a los hijos de los que bendicen este desmantelamiento de la enseñanza pública, que son clientes de la privada y concertada. Que el conflicto sea social y no sólo laboral ayudaría a su resolución positiva. 

Pero también hay otros retos a conseguir para ganar esta batalla y vamos un poco lentos para conseguirlos:

1. La incorporación de Primaria e Infantil a la lucha, con sus propias reivindicaciones concretas en una plataforma integral de defensa de la escuela pública. No se les podía llamar a la huelga, y esperar que la secunden, bajo la bandera genérica de defensa de lo público. Han empezado muy bien con un50% de participación en la huelga del 20-0, pero hay que seguir haciendo un gran trabajo organizativo en el que nos debemos de volcar todo el profesorado y las diferentes organizaciones sindicales.

2. Dar a la lucha una dimensión estatal. La manifestación del 22 de octubre, así como los paros que ha empezado a haber en algunas comunidades (Galicia, Castilla La Mancha, Navarra…) van en esa línea. Son las federaciones sindicales estatales las que deberían intensificar y generalizar esa convergencia. De lo contrario nos irán recortando en rajas como el salchichón y las posibilidades de victoria disminuirán.

3. Las Universidades deberían de entrar en el conflicto. Las consecuencias de la aplicación de Bolonia, el recorte de fondos de los gobiernos autonómicos a las universidades públicas, y el proyecto de real decreto que ha anunciado el gobierno en tiempo de descuento y que puede suponer una transformación del sistema universitario español, van en esa línea neoliberal de privatizar la enseñanza universitaria pública de calidad, para que cada vez sea más cara y prohibitiva para el alumnado de origen más popular y colocarla al servicio de las grandes empresas. Ya se han empezado a convocar asambleas, huelgas y encierros en algunas universidades. Aquí es clave el papel de los estudiantes. 

Lo del 19-O demuestra cómo no se deben de hacer las cosas. Yo he hecho huelga el 19 y 20-O, aunque considero que ha sido un error la convocatoria de ese día, ya que nos ha dividido y era más que previsible su fracaso. Y la he hecho por los compañeros/as y amigos que participan en ella, porque se creen honestamente esta lucha. Pero que nadie apunte mi huelga a beneficio de inventario del sectarismo. 

Los convocantes del 19-O están obligados a hacer un balance riguroso público, sin enmascararlo con la huelga de estudiantes, y sacar conclusiones sobre las grandes diferencias entre el 19-0 (desgraciadamente, con muy bajo seguimiento) y el 20-O (70% de participación). No sé si serán capaces o seguirán alimentando la división y la confrontación con convocatorias separadas, que se proponen desde asambleas donde vota todo el mundo por igual, independientemente de que representen a una toda una zona, a un centro o a sí mismo. En este caso, además de contraer una grave responsabilidad, como la realidad es un argumento irrebatible aunque se cierren los ojos, pueden acabar en la irrelevancia. 

He intentado animar sobre el éxito de nuestra movilización, valorar los primeros resultados, analizar de la forma más clara que soy capaz la situación y los peligros que corremos en estos momentos. Quiero ser optimista y aunque no se me escapa que se avecinan tiempos oscuros, tiene que ser infinita nuestra pasión por la luz, que diría El Quijote. La lucha por una educación pública de calidad tiene que seguir siendo un compromiso permanente y como sucede en la historia cuando las cosas se ponen feas, una obligación moral. 

3 comentarios:

  1. EL MEJOR ANÁLISIS QUE HE VISTO DE LO QUE ESTÁ PASANDO Y LO QUE PUEDE PASAR. HABRÍA QUE LEERLO Y DISCUTIRLO EN TODAS LAS ASAMBLEAS.

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  2. La descripción que se hace de lo ocurrido en alguna asamblea no coincide con la información que a mí me han trasladado algunos asistentes, pero en todo caso la reflexión sobre el estado presente de las movilizaciones y sobre el inmediato futuro me parece impecable. Pienso además que el repudio a los sindicatos no es más que tirar piedras sobre nuestro propio tejado.

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