Este no es un blog de ninguna plataforma por la enseñanza pública ni de ningún colectivo movilizado en su defensa, sino una iniciativa personal para reunir información sobre la situación que la enseñanza pública tiene en España y en el mundo, y para reflexionar sobre su pasado, su presente y su futuro. Pienso que si le sirve a uno para acercarse, aunque solo sea mínimamente, a ambos objetivos, quizá otros puedan encontrar en este blog un espacio útil o al menos no completamente innecesario. Ha nacido al calor de las movilizaciones del curso 2011-2012, pero con voluntad de supervivencia. La misma que anima a la enseñanza pública.

sábado, 1 de octubre de 2011

LUIS POUSA: "VAN A POR LOS SANITARIOS Y LOS DOCENTES"

EL CORREO GALLEGO, 1-10-2011

La base sobre la que se construyó el edificio teórico del librecambio, fue la "mano invisible". El mercado obligaría a los productores, al actuar en su propio beneficio, a favorecer los intereses de todos.
Eso fue los que nos vino a decir Adam Smith en su obra bíblica La riqueza de las naciones. De manera que el papel del Gobierno había de limitarse a defender y dotar cada país de un marco de ley y de orden.
De siempre, la escasez ha estado omnipresente en la lógica económica. Para John Maynard Keynes, la escasez era junto a la neutralidad del dinero, la idea de equilibrio y la falta de realismo de los supuestos, uno de los cuatro conceptos, subraya Robert Skidelsky, que dominaba la economía keynesiana.
En la propuesta smithiana, la organización más eficiente para conseguir que la producción fuese lo más barata posible eran los mercados competitivos. Con lo cual, hizo fortuna la definición de Say: "la oferta crea su propia demanda". Es decir, cuanto más amplio sea el mercado, mayores oportunidades surgirán para la división internacional del trabajo y de la producción.
Ese modelo, ayudado por las matemáticas, ha conseguido que los productos superen a la población. Pero los productos están muy desigualmente repartidos, y no todos responden al concepto de necesidad, sino más bien a los de utilidad y satisfacción. Los anglosajones hablan de needs y wants.
Ahora, el pensamiento neoliberal, después de haber desregularizado todo lo que quiso y pudo, y provocado la crisis económica más grande desde la Gran Depresión, amonesta a las clases medias y las capas sociales más vulnerables de la sociedad por ser unas "gastonas", y a los políticos que defienden el Estado del bienestar por ser unos "despilfarradores". Su política es la del recorte puro y duro.
Resulta obvio que mejorar la eficiencia es una manera de darle respuesta a la escasez. Cuanto más eficientemente se utilicen los recursos en beneficio de todos, más equitativa y rápida será la salida de la crisis. Porque esta crisis no fue provocada por la escasez, sino por la sobreabundancia y por el descontrol del sistema financiero.
En España, el pensamiento FAES alardeaba de que la economía estaba encaminada hacia el círculo virtuoso; no reparaba en que el número de viviendas vacías, con Rato de ministro de Economía, ya se aproximaba a los dos millones y los precios de la vivienda se sostenían gracias a que el tipo de interés estaba por debajo de la tasa de inflación, lo que suponía que las rentas salariales y del capital crecían más rápido que el coste del capital. Algo insostenible.
Estalló la burbuja, y los primeros en pagar el desaguisado fueron los trabajadores de la construcción y los inmigrantes. Después, los funcionarios. Ahora le toca el turno al personal sanitario y docente. Ellos no provocaron la crisis, pero están en la diana de quienes la aprovechan para desmantelar el Estado del bienestar por ideología. Son los mismos cínicos que habían decretado el final de las ideologías.

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