Este no es un blog de ninguna plataforma por la enseñanza pública ni de ningún colectivo movilizado en su defensa, sino una iniciativa personal para reunir información sobre la situación que la enseñanza pública tiene en España y en el mundo, y para reflexionar sobre su pasado, su presente y su futuro. Pienso que si le sirve a uno para acercarse, aunque solo sea mínimamente, a ambos objetivos, quizá otros puedan encontrar en este blog un espacio útil o al menos no completamente innecesario. Ha nacido al calor de las movilizaciones del curso 2011-2012, pero con voluntad de supervivencia. La misma que anima a la enseñanza pública.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

KOAN GARI: "FUNCIONARIOS"


Hay un chiste de Forges que circula estos días profusamente por la red. En la viñeta se ve a un tipo probándose un traje con el sastre a su lado. El traje en cuestión deja al descubierto el trasero y el tipo, con cara de escéptico, se atreve a farfullar: “No sé… Lo encuentro inadecuado”. Pero el sastre, impertérrito, contesta: “Pues para funcionarios es lo último”.

Lo sustancial de la crisis, en efecto, parece que va a acabar resolviéndose bajando una y otra vez el sueldo de los servidores públicos. Los mismos profesores, por ejemplo, que no hace ni un lustro contemplaban a sus alumnos de 16 años abandonar los estudios para sumarse a las suculentas nóminas de la construcción y cobrar el doble que ellos, ahora son convertidos en el chivo expiatorio de un proceso donde nunca tuvieron voz ni voto.

Cualquier politicucho de tres al cuarto sabe ya, a día de hoy, que no hay nada más agradable que recortar los sueldos públicos y obligar a sus titulares a trabajar más. Podría optar por bajarles el salario incluso en mayor cuantía, pero a cambio de reducirles proporcionalmente el horario laboral para que se pudiera contratar a más gente. Eso sería hacer las cosas bien. Es mucho mejor humillar al funcionario de carrera, despedir a muchos interinos y que se sepa claramente quien manda.

Para cuando Rajoy anuncie sus famosas medidas de ajuste, sus cospedales, aguirres y feijóos ya habrán ensanchado tanto el boquete en los pantalones del funcionario que no tendrá mérito meter por allí nada más. Pero todo sea por -la austeridad de- la patria.

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